03: CÓRDOBA (II)

¿no has leído CÓRDOBA (I)? ¿a qué estás esperando?
Y venga a llover, y más lluvia, y dale con la lluvia.
Coñazo de día.

Antes de comer quedamos con Rafa y Nuria. Muy bien.
Nuria embarazada (¡bien!), guapísima (¿dónde está la novedad?) y conservando su buen gusto: le gusta el PT CRUISER (coche oficial de toda persona de bien, cristiana y decente).



No puedo decir lo mismo de su esposo.
Rafael: fatal, con ese pelo estilo surfero piojoso que ha popularizado nuestro Aznar. Menos mal que no se ha puesto bigote. ¡Con lo que ha sido mi Rafa! Como excusa me contó no sé que historia de que ese día no se había echado gomina ¡qué casualidad!
En realidad, para qué negarlo, a mí lo que me revienta es que anda con la misma melena desde que lo conocí (¿hace quince años? ¿más?) y yo... ¡ahhhhhhh!
Total, que nos recomendó que comiéramos en el Mesón del Pisto.

Y para allí que fuimos.
Vamos a ver, si en una carta encuentras que hay salmorejo y habas con jamón ¿para qué vas a pedir más cosas?

Bueno, vale, como estamos en Córdoba: ¡flamenquines!.. Pero ya está, nada más... Bueno, vale, si hay migas también se pueden pedir (no era éste el caso).

Pues nada, que si manitas de cerdo, que si rabo de toro, que si croquetas, que si una fritura de pescado, que si bla y bla y bla...

Siro dice que a un restaurante hay que darle otra oportunidad si no te ha gustado la primera vez. Y habrá que dársela porque, en general, a la gente no le gustó mucho la experiencia.
Yo no sé cómo estaba la comida porque me limité a las tres cosas que me gustan a rabiar.
Es verdad que los flamenquines no estaban muy allá. Pero el salmorejo y las habas con jamón ¡sobresaliente!

Antes de seguir tengo que contar que el salmorejo me encanta.
Lo probé por primera vez una madrugada cordobesa, cuando estaba de moda ir al Gitano Manuel a desayunar flamenquines y salmorejo ¡qué tiempos!
Pero entonces, no hace mucho, Concha nos invitó a comer a su casa y empezamos con salmorejo.

Tengo que reconocer que fui súper mal educado porque no comí otra cosa.

Y claro, desde entonces el salmorejo puede estar “sobresaliente”, pero sólo el de Concha es de “matrícula”.

Continuará.