lunes, 31 de diciembre de 2007

08: 2007

2007 ha sido un año raro. Con buenas y también malas noticias. Y a la hora de sentarme me cuesta valorarlo.

Al poco de empezar llegó Mateo, llorando. Y cuando iba a terminar apareció Alejandro con las prisas. En este año algunos amigos perdieron a seres queridos, y aún están tristes; pero también llegaron otros, y esos amigos rebosan felicidad; también hay otros amigos que están esperando que su familia crezca, y ahí están, con la expectación y con la incertidumbre. Unos amigos cambiaron de casa, otros cambiaron de país, otros siguen donde mismo. Más o menos todos bien.

Pero es que el recuerdo de Toño lo llena todo.
No hay día que no piense en él ni momento alegre en el que no lo recuerde. Pienso en su esposa y en su hijo. Pienso en lo duro que tiene que ser para su familia levantarse todos los días y lo largas que tienen que ser casi todas las noches.
Y todo es Toño.
Anoche Mateo no quería dormir, así que me lo llevé a la tele y, sin aviso, pusieron un video de Maná; y esta mañana, cuando he cogido el coche, volvieron a poner la misma canción de Maná en la radio. Y siempre me acuerdo de Toño cuando escucho a Maná, no sé porqué. Cuando se lo conté se partió de risa. La imagen que tengo es de unas navidades en que sonaba Borracho en el bar –no sé si ése es el título- y Toño marcaba la sonrisa de oreja a oreja y se le iban los pies. Qué tipo bailando.
La última vez que lo vi fue en Jerez, en el bautizo de su hijo. Nos emborrachamos mucho. Entre copa y abrazos y alegría hasta tuvimos tiempo de hablar de cosas que nunca habíamos comentado ni entre nosotros ni con nadie. Y nos emborrachamos tanto que al día siguiente y aún hoy, me acuerdo de todo ese momento con una gran sonrisa. Y dentro de la grandísima mierda que es todo esto, me alegra que sea éste el último recuerdo que tengo y no como el de otros amigos que estuvieron con él después.
Toño murió en junio y desde entonces tengo un vacío tan grande que a veces me da vértigo.

Yo no creo en una vida después de la muerte ni en nada de eso. Así que, como procuro ser optimista y ver el lado bueno en todo, me ha dado por pensar que quizá Toño me está deseando un feliz año. Que me está diciendo que siempre lo recuerde con esa sonrisa de oreja a oreja y viendo cómo se le iban los pies.
Qué tipo bailando.


Feliz 2008 a todos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

ME UNO A TUS SENTIMIENTOS, PERO TOÑO NO MURIÓ, MUCHO DE ÉL QUEDÓ EN NOSOTROS, FUÉ UN HASTA LUEGO..., UN ¡NOS VEMOS!.

NO SUELO BEBER RON, PERO ESTA NOCHE DE AÑO NUEVO PIENSO BEBERME UNO A SU SALUD

FELIZ 2008

JORGE PEDRIANES

Maite dijo...

Prepárate, ahora llega lo más difícil: aprender a vivir sin la persona e intentar sobrevivir con todos tus recuerdos.

Por cierto, ¡felicidades por el nacimiento de tu sobri Alejandro!

Feliz año nuevo a todos.